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Revolución Social en la era digital


¿Podemos pensar en nuestras relaciones interpresonales sin la intervención de las redes sociales? ¿Como sería nuestro mundo sin internet?

Vivimos en la era de la comunicación y los medios ampliar la comunicación con el otro, abundan para hacerlo.

El gran salto para nuestra humanidad tecnológica vino de la mano de Internet y sus aplicaciones más utilizadas como Facebook, WhatsApp, Twitter y otras decenas de vías de comunicación. Pero estos avances alguna vez tuvieron un comienzo, una chispa inicial que dio pie a la busqueda permanente por mejorar la comunicación interpresonal y ampliar las posibilidades del conocimiento.


La imprenta y sus diversos orígenes, generaron en el mundo una verdadera revolución tecnológica, una revolución que permitiría a la ciudadanía acercarse a la lectura y a la posibilidad de estampar en un papel sus pensamientos, sus opiniones, sus ideas. El hombre, comenzaría a desarrollar su intelecto, la ciencia y la búsqueda por conocer el mundo y conocerse a sí mismo.

Ciudades, repúblicas y países enteros establecerían sus normas, acuerdos, contratos y leyes en papel. La biblia y el Quijote, se convertirían en obras que arraigaron un profundo sentimiento en el ser humano y dejarían sus marcas en la historia, todo, gracias a la imprenta.

Los años fueron pasando y tras un gran salto en el tiempo, llegamos a nuestra era: la era digital. La segunda gran revolución social y tecnológica.


Con el fin de ampliar las posibilidades del espionaje como forma de resguardar la seguridad de Estados Unidos durante plena guerra fría, se fue configurando una incipiente red de interconecciones que decantaría en "Internet" tal como hoy lo conocemos. Sin embargo, hoy a la mayoría de la gente que utiliza estos medios, solo le interesa hablar con sus amigos e intereactuar con sus conocidos.


Claramente la sociedad juvenil es la más interiorizada con Internet y todas las redes sociales que abundan en el mundo digital. El motivo es simple, nacieron en la misma época. Los niños del mañana, seguramente aplicarán a su vida estas herramientas con más facilidad de lo que es hoy para nosotros.

Gracias a estos avances, la sociedad cambió para bien y para mal. Ahora es mucho más simple compartir una idea (que nunca se sabe que puede ocasionar a futuro), ya que con un solo clic se puede llega a distintos puntos del mundo en solo un segundo. Antes, esto dependía de quién y cuándo leía el diario, o simplemente si lo recibías.


En la actualidad, el diario y las ideas, están más cerca de uno de lo que se cree y la libertad que cada uno posee para brindar su información es inmensa. Podemos saber qué pasa en la otra parte del mundo con solo apretar un botón.


Pero estas libertades no son gratuitas y deben ir acompañadas de un grado de responsabilidad que acompañe el desarrollo y el progreso democrático de esta revolución digital. “Nunca el mundo como hoy dispuso de tantos medio de comunicación para comunicar ideas, pero nunca, como hoy, careció de ideas para comunicar por tantos medios” sostuvo el gran comunicador Miguel Ángel Pérez Gaudio. Y está en lo cierto.

Los negocios ya son parte de este mundo. Día tras día los empresarios se mueven cada vez menos de sus oficinas. Las reuniones dejan de ser en un escritorio de madera y pasan al escritorio de tu computadora donde probablemente, estés leyendo esto ahora.


Todo se digitaliza. Si tenemos suerte, en algunos años las elecciones puedan ser llevadas a cabo desde nuestras computadoras, desde tu casa, sin tener que malgastar tanto papel, mover tanta gente y gastar tanto dinero público.


No es utópico pensar en esto; en algunas regiones de nuestro país ya sucede, sólo falta dar el último paso y que quienes gobiernen se den cuenta de este gran potencial para instalarlo en su totalidad, asegurando a su vez, protección a quienes sufragan por la red para resguradar el secreto de su elección.

Que la política deje de estar monopolizada entre los mandatarios y la democracia comience a desarrollarse correctamente, puede venir de la mano de Internet. Probablemente, algún día la gente opine en sitios webs barriales, comunales o vecinales para debatir sobre el alumbrado público, el estado de las calles y la inseguridad de manera inmediata para solucionar sus problemas.

Pero esto nos impone un desafío. No sólo a la ciudadanía, sino también a la clase política. Como dijo una vez Aristóteles , “debes recordar que eres un ser humano, no solo cuando vives bien, sino también cuando filosofas”. Con esto, hago alusión a que algunos de nuestros representantes políticos, se olvidan que alguna vez estuvieron del otro lado.

Internet hoy nos da más oportunidades para opinar, ayudar, compartir o simplemente comunicarnos, y la gente se adapta fácilmente a los cambios que son favorables ya que se predisponen de otra forma. Así que ¿Por qué no intentar cambiar la sociedad con un solo clic?


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