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¿Y la mujer?


A pocas semanas de definir el futuro de nuestro país, vamos escuchando con mayor frecuencia el destape de propuestas económicas de los principales candidatos. Sin embargo, parece estar fuera de la agenda política y de los medios de comunicación, la profundización de un debate que proponga cambios culturales profundos.


Mucho hemos avanzado, fundamentalmente por iniciativa de las mujeres, en la concientización y la importancia de ahondar en políticas de género. Sin embargo, el Estado sigue sin asumir la importancia de alcanzar en el diseño y aplicación de estas políticas, una modificación en la estructura de las funciones laborales y familiares en nuestra sociedad.


Las multitudinarias marchas en distintos puntos del país el 3 de Junio de este año, iniciaron un irreversible camino al reconocimiento de falencias jurídicas y culturales respecto al rol de la mujer, dentro de una sociedad llena de resabios conservadores. Pero hay un tema sobre el que poco se discute cuando hablamos de políticas que profundizan la inclusión y la redefinición del rol de la mujer en nuestra sociedad.


Según datos relevados por el INDEC en el tercer trimestre del año 2013, la "distribución porcentual del tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado" en la Provincia de Córdoba, representaba un 76.3% para las mujeres y sólo un 23.7% para los hombres, aclarando que "trabajo doméstico no remunerado", abarca actividades tales como "quehaceres domésticos", "apoyo escolar" y "cuidado de personas".


Según la misma encuesta, los hombres dedican a esta actividad en nuestra provincia 3.3 hs, mientras la mujer le dedica casi el doble (6.4 hs diarias).


Estos relevamientos, reflejan la inclinación del mercado laboral, del sistema jurídico y de la realidad cultural, a fomentar la preponderancia económica y temporal del hombre sobre la mujer.


Eleonor Faur, Dra. en Cs. Sociales e investigadora de la FLACSO, sostiene que a pesar de profundas transormaciones, "persiste una matriz profundamente desigual en la distribución de tareas y responsabilidades según el género". Mientras los hombres "continuan orientando su energía principalmente al trabajo remunerado", las mujeres "suman, superponen e intercalan su participación en el mercado laboral, el trabajo doméstico y los cuidados familiares".


Esta realidad, supone una herencia cultural que internalizó un modelo específico de familia y roles según el sexo, que todavía no disocia los viejos recuerdos de nuestra crianza, con los desafios de nuestra era.


Por ello, es necesario hablar de constituciones familiares y los niños, son el núcleo central. En ellos invertimos la mayoría del tiempo no remunerado. Su cuidado, educación, tiempo libre y otras tareas, insumen en los mayores a cargo, una gran carga horaria y siguiendo el razonamiento de Eleonor Faur, "cuanto más tiempo se dedica al trabajo impago, menos queda disponible para ingresar y permanecer en una actividad reumerada". Esto "afecta fundamentalmente la autonomía femenina" y el equilibrio equitativo y distributivo que la familia debe tener.


Esta realidad nos implica un doble desafío. En primera instancia, uno indiviudal que obligue al hombre a replantear su posición en la construcción del hogar. En segunda instancia, el rol del Estado en la aplicación de políticas públicas que permitan mayor independencia económica y temporal a la mujer, equilibrando responsabilidades y no asumiendo desde la implementación sobre todo del derecho laboral, una ortientación hacia una "división sexual del trabajo que es contundente"[1].


Si bien el concepto de familia fue variando acertadamente con avances de derechos que implican desde el matrimonio igualitario, hasta la igualación de derechos en el cuidado y visita de los niños en el caso de padres separados, la discusión se repite nuevamente y subsisten las desigualdades en las posibilidades y derechos que la mujer tiene frente al hombre.


El debate queda abierto, sólo resta ser conscientes de que ni los medios, ni la política, son los únicos que pueden marcar la agenda de nuestro futuro.



[1] Eleonor Faur. Un problema invinsible. Modelos de Desarrollo en debate. Le Monde Diplomatique.



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