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Transición con bomba de tiempo


Los proyectos políticos con una fuerte carga ideológica y sobre todo aquellos que dejaron sus marcas en la piel de los argentinos por sus aciertos y desaciertos, suelen tener algún grado de resentimiento o de nostalgia a la hora de abandonar el poder con el que intentaron transformarlo todo, pero que se terminó convirtiendo en un simple acto rutinario de protocolos, inauguraciones y extraños entretelones de los que seguramente jamás nos enteraremos.


Con los actos de gobierno comienza el objetivo altruista de transformar la sociedad en su máxima expresión y las desigualdades que convocaron la militancia a meterse de lleno en el mundo de la política. Estos factores comienzan siendo un requisito inalienable a la hora de asumir sus responsabilidades, pero con el tiempo, comienzan a desvirtuarse lentamente hacia la transformación de complejos entretejidos para concentrar un poder que permita ganar cada vez más localidades y provincias, como si se tratara de un simple juego de TEG.


Pero volviendo al análisis inicial, los proyectos políticos con una larga perdurabilidad en el tiempo, sobre todo por su justificada mimetización con los sectores populares que lo legitiman, en reiteradas ocasiones analizan la pérdida de una elección nacional como el fracaso de un discurso hegemónico, en vez de transformar la derrota en una oportunidad crítica para evaluar los factores sociales que se modificaron a lo largo del tiempo y que no supieron comprender o comunicar a lo largo de su campaña política.


En estos casos, debemos agudizar el prisma con el que observamos el proceso político, porque la principal característica en la que debemos concentrarnos, ya no gira en torno a una propuesta discursiva que permita generar la identidad sobre un determinado electorado, sino las acciones patrióticas con las que deben asumir la responsabilidad de transmitir el mando al nuevo presidente electo.


En este punto, la República Argentina se encuentra en una situación endeble. Durante el último mes, no hace falta recurrir a los medios concentrados a quienes el gobierno acusó de reiterados golpes de Estado, sino al mismísimo Boletín Oficial de la Nación. Es extraño, esta vez no hay lugar para subjetividades.


En los últimos cien días, se nombraron 243 directores, 184 coordinadores, 200 cargos dentro de la ORSNA, sumando así el módico número de 2500 empleados nuevos en total. Pero este es sólo el comienzo de un proceso al que todavía le faltan nueve días de nuevas sorpresas.

Tras los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre los fondos adeudados a las provincias por parte de ANSES, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner decidió hacer lo que no se hacía desde 1992. Acatar éticamente esta resolución implicando a la nueva gestión la pérdida de 98.182.000 millones de pesos. Pero no hay que preocuparse. Sólo representa un 15% de los recursos totales de la Administración Nacional de Seguridad Social.


¿Dije que no había que preocuparse? Pues bien, reconozco mi error. Por un Decreto de Necesidad Urgencia que demuestra la debilidad de un bloque de diputados que se había mantenido firme durante doce años, Cristina Fernández aumentó a más de 133 mil millones los fondos a distintas partidas presupuestarias. De esta manera, la “década ganada” abandonará el poder con 1,31 billones de pesos de déficit fiscal según lo indicado por la Asociación Argentina del Presupuesto.


Pero si usted pensaba que esta nota terminaba aquí, está equivocado. La colocación de 4300 millones de pesos para refinanciar deudas provinciales con vencimiento hasta el año 2018, no sólo quita el margen de maniobra al nuevo Ministro del Interior de renegociar las deudas provinciales, como también puede haber sucedido con ANSES, sino que anula la posibilidad estratégica de permitirle a la alianza Cambiemos un armado político que se consolide en aquellas provincias.


Para no dejar espacio sin cubrir, también tenemos información para los amantes de las Relaciones Internacionales. El entendimiento de que el nuevo gobierno debe fijar sus nombres para que representen estratégicamente acuerdos comerciales y políticos con los países donde se encuentran, parece ser un concepto del que carece la actual gestión de Gobierno. El Frente para la Victoria nombró 14 nuevos embajadores desde Octubre.


Ahora sí para ir finalizando con este relato histórico que lamentablemente forma parte de la realidad, debo reconocer que seguramente no tendrá final feliz a menos que la capacidad intelectual de los nuevos funcionarios elegidos carezca de errores de cálculo, a menos que la situación internacional acompañe las nuevas decisiones, a menos que el congreso acompañe desde sus votos y que la ciudadanía se dote de paciencia. Para ser más claro, el futuro depende de que los planetas se alineen para que el final quede abierto según la perspectiva desde la que se observe.


Pero para dejar al lector un poco más inquieto, más activo y más consciente, cerraremos el artículo mencionando dos pequeños acontecimientos seguramente aislados y casuales de los que estoy convencido, no mantienen ningún tipo de relación con el proceso de transición democrática sobre todo, en lo vinculado a posibles causas judiciales. El incendio provocado en la Cámara Oral de Primera Instancia de la Provincia de Santa Cruz y en el Ministerio de Economía, son simbólicamente, los hechos más leves con los que se va a encontrar Mauricio Macri el 10 de Diciembre del 2015. Ese histórico día, será el que se comience a desactivar la bomba que hasta hoy, están terminando de diseñar desde la Casa Rosada.

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