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La Loica, un ave latinoamericana pintando el mundo.


Originaria de un pueblo campesino de nuestra hermana Chile, Evelyn Latorre Meza, eligió modificar esa tradicional costumbre de heredar un nombre dado, para definir su propia vida, su propia personalidad y su propio arte, modificándolo. Aquella niña cuyos datos siguen figurando en el Registro Civil de Chile, siguen existiendo, pero desaparecieron tras el nacimiento de La Loica, el nombre que la identifica y la representa en su arte.


- ¿La Loica? Pregunté sin entender a lo que se refería. ¿Qué es una Loica?


- Es un pájaro de pecho rojo y cuerpo negro. En el campo donde viví de chica, vi un montón de Loicas y siempre me deslumbraron. Hay una leyenda con la que crecí y me identifico profundamente (hace un pequeño silencio como recordando algo que dejó en su tierra, pero que lleva en su corazón). Suspira una añoranza, y comienza su relato: “este pájaro antes tenía el pecho blanco, pero al ver tanta masacre mapuche de la colonización, bebe de su sangre y toma el espíritu de esos indígenas masacrados. Y yo, a veces me siento así. A pesar de que mi educación fue gringa y occidental, tengo ese espíritu salvaje y esa transformación del ser humano al animal, me llama mucho la atención. Siento que tengo alas, no se me ven, pero tengo alas”.


Inició su vida en el arte de manera inesperada o quizás, como una señal del destino. Su falta de relación con el entorno social por un principio de autismo, la llevo a muy temprana edad a observar en las paredes un mundo de posibilidades ilimitadas.


Lejos de bajar los brazos, su familia promovió su estimulación y su integración social. El desarrollo manual y el dibujo se convirtieron en uno de los motores para dejar plasmados en el mundo sus más profundos pensamientos.


Esta hermosa vocación, le trajo bastantes problemas durante la secundaria. Su atención no apuntaba a ver las multiplicaciones o la gramática fijada en el pizarrón aunque en determinadas ocasiones pudiera ver en esas líneas de tiza, una especie de arte carente de sentido. En aquellos momentos, olvidaba la presencia de su maestra y su concentración se fijaba sobre aquel cuaderno de hojas rayadas en los que plasmaba sus mundos imaginarios.


La niñez fue corta, pero inolvidable para siempre. La obligación natural de crecer, le impuso nuevas obligaciones, nuevos mundos y nuevas realidades. Aquellas oportunidades de expresarse, se consolidaban cada vez más en una persona ermitaña pero sociable a la vez, que observaba como desde el Estado, se toma al arte como un hobbie descartando la posibilidad real de encontrar en esta disciplina, la transcendencia humana de las personas.


Fue en aquellos años cuando la conciencia política empezó a aflorar en esta adolescente. El recuerdo y el dolor de aquella Dictadura Pinochetista, le hizo recordar cómo a una generación entera, les cortaron las manos, las orejas y los ojos, para que crecieran abstraídos del mundo del pensamiento. Aquella etapa de la historia había anulado toda posibilidad de cultura crítica. Víctor Jara, Violeta Parra y la cultura exquisita de su país, se vio oscurecida por un proceso de terror ya conocido por nuestros pueblos latinoamericanos. Sin embargo en esta joven, ninguna política represiva, ninguna anulación del arte y la cultura fue suficiente para que dejara lo que ya era parte de su esencia: la pintura.


Sin embargo el sistema político, social y cultural tiene sus poderes y virtudes y siempre apuntan a mantener el orden social establecido. Casi lo logran con ella. Las pocas opciones de la educación chilena, la llevaron a estudiar la carrera de Marketing. Pero fueron sólo tres años de una extraña experiencia que terminó por abandonar finalmente.


Recordando aquel momento, La Loica pensó: “¿Qué estoy haciendo? Estoy cavando mi propia tumba. Me voy para Argentina”. Esa fue la primera vez que lloró con lágrimas, pero de felicidad. Sabía que aquel, era el primer paso para reencontrarse consigo misma. Fue así como emprendió su viaje a lo desconocido. Un país con otras características culturales, pero sin embargo emparentado naturalmente por el dolor, el sufrimiento y la resistencia. Y así fue como desembarcó para explorar nuevas fronteras de expresión y desarrollar su arte sin restricciones.


Evelyn describió su llegada con una hermosa definición que describe lo extraño y lo interesante de aquellos individuos que encuentran en sí, la trascendencia de la belleza. “El artista en este sistema es como el loco que está en el abismo, se lanza al él y no sabe qué va a pasar”. Y así fue cuando pisó suelo Argentino.


Pero hay algo que tiene de inmodificable el exilio: la imposibilidad de desprenderse de aquellas costumbres, de aquellos dolores y deudas del pueblo que nos vio nacer.


En sus pinturas se combinan diversos temas. La violencia de género y el de aquellos Mapuches que fueron arrancados de sus tierras para colocarlos en el cruel lugar de un sistema en el que ellos no quisieron vivir y que tampoco eligieron.


En forma de homenaje y quizás constituyendo su arte como un arma pacífica de defensa hacia nuestros pueblos originarios, las críticas al colonialismo actual están presentes de manera indestructible en sus pinturas, como así también la repugnancia al machismo y al individualismo que destruye lo comunitario, lo social, la consciencia de defender los lugares comunes, son un tema recurrente de su obra.


Sin embargo hay algo más profundo. Algo que viene de su propia esencia.


La carga espiritual de observar el amanecer, la contemplación de la naturaleza y la concepción del Ser Humano como hijos de nuestra tierra, pueden estar ausentes en muchos artistas modernos, sin embargo en ella, forman parte de su vida cotidiana y esa paz que la conecta con el mundo, queda traducida en mágicas obras que sigue pintando sobre paredes; paredes que nos trasladan a aquella niñez en donde los pequeños y perdidos garabatos ponían los pelos de punta a su madre mientras reían.


La Loica, dibuja a veces de manera inconsciente, pero cuando despierta de su sueño, esa Latinoamérica que la vio nacer queda plasmada en su obra y cuando racionaliza su conducta, tiene la certeza de que en su arte, está construyendo su propia tierra.


Para ver su obra, pueden ingresar a:

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