La "grasa" que forjó este país
En la conferencia de prensa que el Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay realizó, dejó algunos conceptos interesantes a la hora de analizar las metas económicas a corto y largo plazo, pero también lo hizo al tocar un tema sensible para una juventud cada vez más participativa y concsiente sobre los acontecimientos sociales, políticos y económicos de nuestro país: “la grasa de la militancia”.
La importancia de la conferencia giró en torno a los objetivos económicos del gobierno a la finalización de su mandato. En este sentido, llegar a una inflación promedio del 5% para el 2019 y el proyecto de eliminar el mínimo no imponible sobre ganancias a $30.000, son medidas que apuntan a beneficiar a un importante sector de los trabajadores que hasta el momento, no vió modificada su situación económica. El concepto sindical y político de que el “salario no es ganancia” es casi generalizado, y aunque no se habla de la eliminación definitiva del impuesto, es un avance que sobre todo, resguarde la posibilidad de que el aporte realizado por quienes superan ese monto, se destine a distintas áreas del gobierno en un anhelo todavía no tan claro en la práctica: “la redistribución de la riqueza”.
Otro tema importante anunciado ayer por el ex Diputado de la Coalición Cívica, es una medida de estricta justicia con el Federalismo en la República Argentina, cuya aplicación, reivindicaría las luchas históricas de José Gervasio Artigas comenzó por la equidad a la hora de redefinir los aportes y subsidios de la capital respecto a su diferencia con las provincias del interior. En aspecto, la implementación de un esquema para eliminar por completo los subsidios de tarifas energéticas en CABA y GBA es de un acierto que obviando los porteños, festejamos todos los argentinos.
Sin embargo, las largas conferencias suelen ir llevando al interlocutor hacia la naturalidad de la verdadera expresión del pensamiento con el que observa la realidad.
Los últimos despidos en los distintos municipios y organismos nacionales, fluctúan entre la irresponsabilidad gubernamental del gobierno saliente en el nombramiento indiscriminado de militantes durante el último año y la irresponsabilidad del gobierno actual para no diferenciar situaciones y meter a todos en la misma bolsa de gatos. El resultado: la mediatización de un concepto ya asociado con el empleo público en nuestro país que ensucia los placeres que otorgan a un buen paladar, el pleno disfrute de unos buenos ñoquis durante los nublados 29 de cada mes.
En esta oportunidad, el actual ministro, mencionó la necesidad de reordenar el gasto en manejos deficitarios durante el Kirchnerismo para continuar con una desafortunada frase que sin duda, le traerá un importante costo con la militancia conciente de los partidos históricos de nuestro país.
Los militantes que llegan a un comité, a una unidad básica o a un mitin del socialismo con la esperanza de llenarse de ideas, de profundizar proyectos, de mantener la mística que permite seguir manteniendo viva la llama de la política en nuestro país, se vió profundamente decepcionada y enojada con razón.
Cuando mencionamos la palabra militancia, no hablamos solo de La Campora. Hablamos de la Juventud Radical, del Socialismo y distintos movimientos sociales que integran el arco político de nuestro país. Es tan así que a nuestro Estado, venga del partido que venga, nunca le va a sobrar "la grasa de la militancia” mientras ésta, esté acompañada de plenas convicciones, esfuerzo, ideas y sobre todo, responsabilidad con la prédica de un discurso en el que sin dudas, el resultado de la formación política se vuelca en beneficios sobre políticas públicas para los ciudadanos de nuestro país.
Los militantes no son personas que transitoriamente participan en el ámbito político llamados por el golpe mediático de algún famoso personaje dicharachero que se sumó a tratar de "cambiar algo" justo cuando su carrera entra en plena decadencia. Los militantes tampoco son Voluntarios que se suman a una campaña acompañados de rencor hacia otro proyecto político o por lo agradable de juntarse con gente bien para jugar a hacer política.
Los militantes, son jóvenes, hombres y mujeres que encontraron en un Partido Político el lugar donde defender sus idea y el lugar donde impulsar la transformación social. Los militantes son aquellos que ven en sus próceres una ética que defender y una historia que contar.
La militancia, es digna de respeto y nada tiene que ver con ñoquis que aprovecharon una circunstancia política para sacar una tajada propia, como así tampoco son aquellos que especulan en las encuestas para ver en que movimiento participar para obtener beneficios.
La militancia es la felicidad plena por llegar a gobernar una ciudad, una provincia o una nación para transofrmar la vida de las personas. Aquellas que no tienen nada o tienen poco. La militancia es ver las lagrimas de un amigo por una derrota sufrida despues de largas horas de lucha para tratar de generar mayorías para mantener un gobierno. La militancia es marchar junto a los reclamos de la vida social y construir proyectos capaces de correjir las injunsticias sociales propias del sistema. En fin, la militancia es muchas cosas, y nunca le va a sobrar grasa y si le sobra, es por el sudor que las convicciones empujan a un militante a hacer lo que sea para buscar la trascendencia del ser humano.
Seguramente muchos de nosotros, los militantes que todos los días defendemos nuestras ideas, incluso las de este gobierno, esperamos una reivindicación hacia esta actividad que además de histórica, tiene la honra haber construido la historia de una nación y tiene la honra de haber preparado a los más dignos presidentes de este país.
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