En Córdoba otra Universidad es posible... y necesaria.
El Sábado 19 de Marzo se llevó adelante la Asamblea Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba, con el objeto de elegir al Rector y Vice de la misma, según lo establece el Art. 8 de su Estatuto. De esta forma, la totalidad de los miembros de los Consejos Directivos de las 13 Facultades que la integran y sus 13 Decanos, se reunieron en el Pabellón Argentina a realizar la votación para elegir las próximas autoridades de la Casa de Trejo. Entre los candidatos al Rectorado se encontraban el actual Rector y ex Decano de la Facultad de Astronomía, Matemática y Física, Francisco Tamarit, la ex Decana de Psicología, Patricia Altamirano, y el ex Decano de Medicina y ex Rector de la UNC, Hugo Juri.
El camino previo a la elección estuvo marcado por un incesante dialogo cruzado entre los miembros de la comunidad universitaria, en busca del consenso necesario para lograr un acuerdo que permita alcanzar la mitad más uno de los 247 electores. La campaña de los grupos que promovían a cada uno de los candidatos incluyó visitas a los Consejos Directivos, recorridas por las distintas Facultades, reuniones con docentes, no docentes y representantes de sus gremios, entrevistas en los diarios, radio y televisión, y hasta un debate público organizado por un grupo de graduados de la Facultad de Ciencias Exactas. Sin embargo, la incertidumbre reinó hasta el mismo día de la Asamblea, ya que era evidente la gran dificultad para conseguir esos 124 votos para ganar en primera vuelta.
Así se hicieron las 9 de la mañana del Sábado, abriendo el tiempo previsto para la acreditación de los asambleístas. El Pabellón Argentina se fue llenando de periodistas, docentes, militantes y otros miembros de la comunidad universitaria y en general, mientras que los Consejeros de todas las Facultades iban ingresando al recinto de votación para dar quórum a la Asamblea y empezar el debate. El primero en tomar la palabra fue el Decano de la Facultad de Ciencias Químicas, Gustavo Chiabrando, quien luego de resaltar aspectos de la gestión rectoral de Francisco Tamarit, impulsó su candidatura. Luego hablo el Decano de la Facultad de Medicina, Marcelo Yorio, quien propuso a su vez la candidatura de Hugo Juri, destacando las gestiones del mismo como Decano de Medicina y como Rector de la UNC. La candidatura de Patricia Altamirano fue presentada por Claudia Torcomián, Decana de Psicología.
Echadas las cartas, se fueron sucediendo 28 discursos a lo largo de siete horas, con menciones de adhesión a alguna de las tres candidaturas y algunas con rechazo total a la convocatoria de la Asamblea. Mientras llegaban los cantos, silbidos o aplausos desde la bandeja superior del Pabellón Argentina, copada por las agrupaciones estudiantiles, abajo se sucedían los diálogos y negociaciones en un intento frenético por conquistar voluntades. Incluso Francisco Tamarit se apostó en su despacho de Rector para recibir a grupos pequeños de asambleístas, a quienes intentaba convencer de que lo voten, apelando a recursos non sanctos. La proximidad de la votación iba haciendo subir el nerviosismo y se intensificaban las operaciones para torcer voluntades.
Finalizada la ronda maratónica de discursos, llegó la hora de la verdad y comenzó la votación. Tal como plantea el Estatuto de la UNC en su Articulo 17: "...La elección recaerá sobre el candidato que obtenga la mayoría absoluta de votos (la mitad más uno de la totalidad de los miembros que constituyen la Asamblea) en la primera o en la segunda votación. Si ningún candidato obtuviese la mayoría absoluta en la segunda votación, las votaciones subsiguientes se limitarán a los dos (2) candidatos más votados. En estos casos la opción será obligatoria, quedando excluida la posibilidad de voto en blanco. (...) Si en la tercera votación ninguno de los dos (2) candidatos obtuviese la mayoría absoluta de votos, se efectuará una cuarta votación. En esta votación la elección recaerá sobre el candidato que obtenga por lo menos la mitad más uno de los votos de los miembros presentes.".
La primera votación resultó con 111 votos para Juri, 101 para Tamarit, 22 para Altamirano, 12 abstenciones y 1 ausente. Al no haberse alcanzado el numero de 124 votos para ninguno de los candidatos, tuvo que realizarse una segunda votación. Antes de eso, una Consejera Estudiantil de Sur tomó la palabra para plantear que retiraban la candidatura de Patricia Altamirano, con lo cual sólo quedaban en carrera Juri y Tamarit. Para la segunda votación, se estiró aún más la diferencia a favor de Juri: sacó 119 votos frente a 107 de Tamarit. Hubo 19 abstenciones y 2 ausentes. A pesar de no alcanzar la mayoría absoluta de votos, la elección parecía definida en favor de Juri. En la tercera vuelta el médico consiguió 118 votos, Tamarit 108 y hubo 21 ausentes. Así se llegó a la cuarta, en la que se requieren la mitad más uno de los votos presentes en el recinto. Con 118 votos a favor de Hugo Juri, el médico quedó consagrado como el próximo Rector de la Universidad Nacional de Córdoba.
Otra Universidad es posible
El comienzo del 2016 en "la docta" estuvo marcado por un diálogo abierto en torno a la necesidad de encontrar una salida a la era kirchnerista en la UNC. Las filas tamaritistas iban reduciendo su numero semana tras semana, y la soberbia de quienes se creen dueños de la verdad les impidió modificar el rumbo de su estrategia. Mientras tanto, el "arco opositor" crecía a ritmo vertiginoso sobre la base de un acuerdo común: era necesario un cambio en la Universidad Nacional de Córdoba.
La heterogeneidad de quienes se oponían a la continuidad de Tamarit hacía pensar que iba a ser muy difícil conseguir el consenso necesario, y por ello el Rector se tomó unas largas vacaciones confiado en que su destino estaba sellado. Sin embargo, conscientes de esa heterogeneidad, quienes buscaban hacer cuajar una propuesta opositora fueron avanzando en la construcción de una plataforma política a paso lento pero decidido. Lo primordial era compartir un diagnostico conjunto acerca de la situación en la que se encontraba nuestra Universidad, y para ello fueron relevando opiniones y comentarios de todos los actores de la política universitaria, conformando un cuadro de situación que reforzó la necesidad de ponerle un freno a la continuidad de Tamarit al frente del Rectorado.
Con ese acuerdo sobre la mesa, la discusión derivó hacia quiénes podrían encarar ese proceso. La tensión no se hizo esperar, y las ansias de algunos hicieron tambalear el proyecto, pero la prioridad fue siempre mantener la unidad del grupo a pesar de las operaciones políticas contrarias y los intentos de cooptación por parte de la conducción rectoral. Cuando parecía imposible conseguir una figura capaz de sintetizar las distintas visiones particulares de un proyecto común, emergió la candidatura de Hugo Juri, subiendo al máximo los niveles de incertidumbre en las oficinas del Pabellón Argentina.
Habiendo tenido un importante paso por el Rectorado a fines de la década del `90, con una destacada participación en la Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO en París y una reconocida gestión al frente del Ministerio de Educación de la Nación en el complejo gobierno de la Alianza, el médico se convertía en un adversario duro de vencer para un Tamarit que ya estaba atrapado sin salida. Su propuesta para este Rectorado se asentaba sobre dos ejes: la consabida reforma política y una reforma académica de peso.
Sobre este último punto, en declaraciones a la prensa tras resultar electo, Hugo Juri planteó que impulsará una "profunda reforma académica para que la Universidad impacte en toda la sociedad y además sea un ejemplo para toda la región". Además, durante el desarrollo de la campaña, planteó la necesidad de mejorar la articulación de la Universidad con la Escuela media, en un trabajo coordinado con el Estado en todos sus niveles. En relación a la reforma política, sostuvo la necesidad de encararla con fuerza a través de una Asamblea Universitaria durante el segundo semestre del año, para discutir modificaciones de carácter político y electoral. También manifestó su intención de que la UNC esté "mas cerca" de la sociedad, posibilitando que sectores productivos, de trabajadores y de las ONG puedan ocupar una representación institucional en el Consejo Superior de la misma.
Más allá de las buenas intenciones y de la voluntad expresada por el próximo Rector de la UNC, queda claro que ninguno de estos puntos podrá ser llevado adelante sin el consenso de toda la comunidad universitaria. En esto es fundamental el rol que pueda ocupar el movimiento estudiantil para promover estos debates e incorporar ideas y prácticas que puedan romper los viejos esquemas con los que se concibe la política universitaria. Para ello, la Franja Morada como agrupación mayoritaria en el Consejo Superior de la UNC y conducción de la Federación Universitaria de Córdoba, tendrá el desafío de consolidar las exigencias del movimiento estudiantil en un programa común, para integrarlo al cúmulo de reformas estructurales necesarias para toda la Universidad. A poco de cumplirse el centenario de la Reforma Universitaria, vamos a dedicar nuestro mejor esfuerzo para construir este camino. Con la fuerza de los estudiantes, vamos a hacer que otra Universidad sea posible.
*Secretario General Nacional de Franja Morada y Ex Presidente de la Federación Universitaria Argentina.
*Fotos: Gonzalo Zagarraga.